Cómo Preparar Un Capuchino
Entre las bebidas italianas más apreciadas y conocidas en el mundo se encuentra, sin duda, el cappuccino, una bebida con un sabor único que combina el intenso aroma del café con la dulce cremosidad de la leche batida, el sabor inconfundible y la nata líquida que han hecho famosa a esta bebida, que ahora se prepara en todos los rincones del mundo.
Realizado y propuesto en diferentes variantes, un buen cappuccino no es fácil de preparar, por lo que hemos decidido ofrecer en esta guía algunos consejos y pequeños trucos para ayudarte a preparar un cappuccino a la perfección: desde la elección de las materias primas, hasta el uso de varios tipos de capuchinos.
Prepararlo hoy día con la ayuda de estas máquinas es muy sencillo, sólo hay que seguir algunas indicaciones, sugerencias que hemos resumido en esta guía paso a paso sobre cómo hacer capuchino con una máquina de café.
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Leche y Café
El capuchino perfecto contiene unos 165 mililitros de líquido: 25 ml de café espresso y el resto de leche entera de vaca pasteurizada que, una vez montada, debe alcanzar el borde superior de la taza.
La calidad de estos dos elementos es, por lo tanto, fundamental para el éxito de nuestro capuchino, así como la temperatura de la leche que no debe superar los 65/70 grados, ya que, de hecho, produce un aroma desagradable y la espuma no se forma correctamente.
También la relación entre estos dos elementos es fundamental, si de hecho la crema de leche es excesiva el sabor del café será diluido y más similar al del latte macchiato, si en cambio es demasiado poco, el capuchino será demasiado fuerte con un sabor de café muy marcado.
Es importante usar una taza de la capacidad correcta (165 ml) y llenarla con espuma hasta el borde superior. La crema también debe ser densa y aterciopelada y tener un hermoso color claro de leche con un ligero velo de café.
Hablemos ahora de los pasos a seguir para obtener un buen capuchino, analizando tanto los ingredientes como los accesorios necesarios para su preparación y explicando el proceso para batir la leche de forma óptima.
Pasos para preparar su capuchino con la cafetera
1. El café
El primer paso para el éxito de nuestro capuchino es la preparación de un café como debe ser, el sabor final, de hecho, depende en gran medida del sabor del café que se utiliza para prepararlo.
El uso de un café de calidad es sin duda un excelente punto de partida, así que elije un café de buena calidad, molido (ideal son 7/8 g) o en cápsulas dependiendo del modelo de máquina a tu disposición, y prepare tu espresso que debe tener un poco de crema en la superficie y liberar un aroma rico e intenso.
Para obtener el mejor resultado, el café debe ser dispensado lentamente para extraer al máximo sus cualidades organolépticas, el tiempo ideal es entre 21 y 24, acercándose a los 24 segundos el espresso obtenido será más dulce.
El tiempo y el método de extracción dependen obviamente del tipo de máquina utilizada, en algunos modelos es posible controlar la duración de la extracción modificando la presión ejercida sobre el filtro para bajar el espresso lenta y tranquilamente.
2. La leche
La leche es el segundo elemento que compone el capuchino y su elección tiene la misma importancia que la del café, es importante elegir el tipo y la calidad más adecuada para garantizar el éxito de nuestro capuchino.
Elije siempre leche fresca, preferentemente la leche entera porque es más sabrosa y rica en sabor y le permite obtener una crema más rica debido a la mayor cantidad de proteínas que contiene. Puede usar leche descremada o de soja si lo prefieres...
La leche se debe utilizar fría (1º, 4º C) y es mejor evitar calentarla varias veces, de hecho este proceso no sólo altera su sabor dejando un sabor quemado, sino que también hace que la leche sea menos digestible y menos apta para ser ensamblada.
Si tienes tiempo puedse poner la jarra de metal en el refrigerador o en el congelador y dejarla enfriar, de esta manera la leche se calentará más lentamente facilitando la operación y disminuyendo el riesgo de sobrecalentamiento.
Como ya dijimos, para obtener una espuma perfecta la leche no debe superar la temperatura de 65/70 grados, algunas jarras están equipadas con termómetro incorporado, pero para evitar el sobrecalentamiento también se puede utilizar un simple termómetro de cocina para alimentos líquidos.
3. La taza
El capuchino se sirve en un tipo específico de taza. Es un poco más grande que la clásica taza de espresso, con una abertura bastante amplia (para poder crear y exhibir decoraciones) y una capacidad ideal de 165 ml. Generalmente el blanco y la porcelana también son bastante buenas para mantener el calor por más tiempo.
4. La Jarra
La jarra de leche de acero inoxidable es ideal para el montaje de la leche y debe estar provista de una salida para que la nata pueda verterse más fácilmente. Se prefieren los de forma redondeada en la parte inferior, lo que permite retener más el calor en el interior, favoreciendo la absorción de aire por la leche.
5. Dosificación de la leche
Vierte la cantidad deseada de leche en la jarra, la cantidad correcta de leche para hacer un capuchino es de 100 ml. Trata de no pasarte con las dosis, ya que si la leche es mucha, acaba diluyendo el café penalizando el sabor general del capuchino. La leche montada incorpora aire y aumenta mucho su volumen (aproximadamente el doble), así que asegúrate de que la capacidad de la jarra es suficiente y llénala hasta la mitad.
6. Preparación de la máquina de café
Las máquinas de café en el mercado son de muchos tipos y modelos diferentes, cada una con características específicas y formas de uso, por lo que te recomendamos que leas siempre el manual de instrucciones con mucho cuidado antes de proceder con el uso, tanto para la dispensación de café como para el uso del tubo de vapor.
En principio, sin embargo, podemos decir que antes de proceder al espumado de la leche es aconsejable ponerla en funcionamiento durante unos segundos para calentarla bien y drenar la condensación que pueda haberse acumulado.
1. Elije una taza ancha y baja
Lo primero a tener en cuenta para conseguir un capuchino perfecto es elegir la taza, la que más te guste, pero que sea lo suficientemente amplia para añadirle la leche permita encajarla en la base de la cafetera, de forma que pueda estar estable mientras se realiza el proceso.Parece algo lógico, pero no está de más comentarlo.
2. Llena el depósito de leche de la cafetera
Llénalo con la cantidad recomendada en el manual de instrucciones y activa el mecanismo de la cafetera para montar la leche.
3. ¿Qué preparar primero, la leche o el café?
El capuchino no es más que una mezcla de café y leche. Entonces, ¿qué se prepara antes, la leche o el café?
En realidad, no hay una regla real, pero lo normal es preparar primero el café , y añadir luego la leche.Pulsa el botón o palanca para empezar a hacer el café.
4.-Decorar la superficie del capuchino
Una vez que ya está hecho, toca decorarlo.Puedes probar algunas decoraciones en tu capuchino, ya que la espuma de leche, al ser espesa y cremosa, se presta bien para ser "dibujada".
Las decoraciones pueden ser muy simples, como "la flor" o "el corazón", pero también extremadamente complejas y los mejores camareros pueden crearlas simplemente vertiendo la crema con movimientos secos y precisos con la muñeca.
Se pueden crear decoraciones más sencillas con cacao en polvo o canela, pero eso ya depende de los gustos de cada uno.
El cacao en polvo, el chocolate a trocitos, el azúcar, la canela u otras especias se pueden utilizar para aromatizar el capuchino y, por lo general, se espolvorean en la superficie una vez terminada; antes de servir la leche, también se puede derretir un poco de chocolate dentro del café, para un capuchino aún más sabroso!
También puedes añadir un poco de cacao en polvo en la taza, antes de añadir la leche, obtendrás un sabor muy muyyyy interesante. 😉
Y ya está! Tu capuchino ya está listo, todo lo que tiene que hacer es adornarlo con un poco de cacao y probarlo!
La historia del nacimiento de los capuchinos es bastante confusa, de hecho hay diferentes versiones sobre este tema que tienen en común la similitud del color del capuchino con los del hábito de los frailes capuchinos.
La versión más extendida, de hecho, es la que atribuye el origen de la bebida al fraile de la orden capuchina Marco da Aviano que fue a un bar de Viena, donde había sido enviado en 1683 por el Papa para convencer a las potencias europeas de una coalición militar contra los turcos que lo asediaban, pidió leche para suavizar el sabor excesivamente intenso del café, a la vista del color obtenido con esta mezcla el camarero exclamó "¡Kapuziner!", pero no deja de ser una divertida anécdota.
El capuchino, tal y como lo conocemos hoy en día, nació en los años 30 del siglo XX con la invención de las máquinas de café espresso que permitieron añadir la crema de leche, y han llegado hasta nuestros días con modelos que permiten hacerlo de forma rápida y sencilla, como los que te mostramos a continuación: